Carlos y María Cecilia tienen una relación especial con Magdalena desde siempre. Hace algunos años adquieren esta histórica estancia guiados por la intuición y las señales, emprendiendo una destacada remodelación y puesta en valor con la idea de generar un espacio para compartir con amigos. La clave es pasar una buena estancia disfrutando de un buen vino, una rica comida, con ingredientes de su huerta, en un entorno que combina ríos, campos, un tesoro forestal increíble y la magia de edificios históricos.